No creo que podamos sentirnos hermosas si algo nos lastima o aprieta.

Muchas mujeres están acostumbradas a la frase: "Sufrir para estar bella" o "El dolor de la belleza". Lo siento, pero no puedo normalizar eso.

No quiero sufrir para sentirme bonita, al contrario. Mi brillo, ese que viene de adentro, se desvanece si me pongo una prenda incómoda, unos zapatos que lastiman o un peinado que tira tanto que me duele la cabeza.

No se puede tener brillo en los ojos sintiendo dolor o malestar.

Escribir sobre Blue Bird me hizo reflexionar sobre este punto, ya que combina personalidad, calidad, belleza y logra mantener la comodidad.

Hacía mucho tiempo que no estaba muy entusiasmada con los tacones altos, pero confieso que no sabía cómo imprimir "imponencia" en el aspecto y mantener una postura sin ellos.

Y fue con Blue Bird que aprendí cómo imprimir sofisticación, comodidad y personalidad.

Hoy, el noventa por ciento de mis zapatos no tienen tacones y, aunque me parecía extraño presentar un programa de televisión sin usar uno, incluso por la postura que los tacones transmiten, descubrí que no es solo el tacón lo que imprime eso. De hecho, no es el calzado el que te dará todo ese poder, sino que tú te sientas segura para usarlo y sentirte confiada para comunicar lo que deseas.

Me siento elegante, cómoda y con personalidad. Veo que mi percepción no se limita a lo que siento cada vez que uso un Blue Bird, ya que alguien siempre hace un elogio, precisamente porque llama la atención en alguno de estos puntos.